Se estima que en España entre el 65% y el 70% de los
inmigrantes con VIH en situación irregular conocerían su infección, y entre 2.700
y 4.600 personas dejarían de recibir
tratamiento antirretroviral.
Cuando se deja de tomar la medicación antirretroviral, el virus empieza a multiplicarse y las personas pasan a ser más infectivas. Los expertos calculan que en tan solo un año, se producirían entre 324 y 580 nuevos casos, que se añadirían a los que se producen anualmente en España.
Madrid, 8
de agosto de 2012. La Coordinadora Estatal
de VIH-Sida, CESIDA, advierte de las graves
consecuencias que tendrá en la salud individual y colectiva, la retirada de la
tarjeta sanitaria a los extranjeros en situación irregular, el 31 de este mes, afectando
a los derechos básicos como es el Derecho de la Salud, generando graves
consecuencias en la calidad asistencial y en la atención sanitaria, en el medio
y largo plazo.
En este sentido, Juan Ramón Barrios, miembro de la Comisión Ejecutiva de CESIDA,
señala que “retirar la tarjeta sanitaria
es una medida que incrementa el riesgo de exclusión social y las desigualdades
en salud. Además, la orden que está preparando el Gobierno de Mariano Rajoy
para que las personas inmigrantes en situación irregular que quieran ser
atendidas en hospitales y centros de salud públicos tengan que pagar una
cantidad mensual, es un parche inasumible para muchas personas, que supone
un paso más hacia la privatización de la
sanidad pública y provocará complicaciones que requerirán la utilización de la
vía de urgencias hospitalarias, incrementando los ingresos hospitalarios, la
presión asistencial, suponiendo en consecuencia mayor gasto sanitario.”
Las
consecuencias de estas medidas
Las
personas extranjeras en situación irregular con VIH que a partir de septiembre
no tengan la tarjeta sanitaria, no tendrán acceso a los medicamentos
antirretrovirales.
Esta
exclusión del sistema sanitario o la dificultad de acceso al tratamiento,
implican un deterioro de la salud comunitaria y una falta de control sanitario
respecto a la transmisión de enfermedades infectocontagiosas, lo que generará
un serio problema de salud pública. Además supone una violación de los derechos
humanos y contraviene lo establecido en el artículo 43 de la Constitución
Española donde se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Algunas
de las consecuencias, tanto a nivel individual como de la sociedad, de no
recibir tratamiento antirretroviral ya sea como continuación del mismo o en
personas recién diagnosticadas, son, entre otras:
1 - Incremento de muertes en las personas infectadas por el VIH.
2 - Aumento del número de
infecciones oportunistas y de los ingresos hospitalarios.
3 - Incremento en la trasmisión del VIH a la población general, generando un grave problema a nivel de salud pública.
4 – Aumento de enfermedades infecciosas, como tuberculosis, sífilis, etc.
5 - Mayor posibilidad de trasmisión madre-hijo del VIH.
3 - Incremento en la trasmisión del VIH a la población general, generando un grave problema a nivel de salud pública.
4 – Aumento de enfermedades infecciosas, como tuberculosis, sífilis, etc.
5 - Mayor posibilidad de trasmisión madre-hijo del VIH.
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